Cuadernos hispánicos (CXXVIII): Tuy

Callejuelas y el río al fondo
Callejuelas y el río al fondo

Aprovechando que nuestro hotel de Tuy (o Tui, en gallego) estaba casi en pleno centro, lo tuvimos mucho más fácil para poder recorrernos la población caminando; aunque también es verdad que está todo bastante cerca, así que aunque te toque alojarte en otro sitio a las afueras, no hay ningún problema. Como íbamos a pasar allí poco tiempo y hay unos cuantos rincones que ver, siguiendo el consejo de la chica que nos atendió en la oficina de turismo, hicimos una ruta más o menos circular que cubre prácticamente todos los puntos de interés.

Lo que más cerca nos pillaba del hotel era el convento de las Doroteas, una congregación religiosa que llegó a Tuy en los primeros años del siglo pasado, cuando en Portugal se instauró la república y todas las órdenes religiosas, incluidas las hermanas Doroteas, fueron expulsadas del país. Este convento funcionó durante mucho tiempo como escuela de magisterio y también como guardería infantil, y en él tuvo lugar una de las apariciones de la Virgen de Fátima.

Un paseo muy agradable es el que recorre la rua Calvo Sotelo y el paseo da Corredera, dos calles que se sitúan una a continuación de la otra. Esta es una de las zonas más transitadas de la ciudad, y casi seguro acabarás pasando por aquí en algún momento porque hay una oficina de turismo allí. Se trata de un recorrido peatonal que tiene varias zonas ajardinadas, y en ella destaca el mirador que se encuentra en uno de los extremos del paseo, el que está más cerca de la orilla del río. También en este paseo tendremos ocasión de ver la iglesia de San Francisco, que se construyó en estilo neoclásico entre finales del siglo XVII y principios del XVIII como convento de los frailes del monasterio de San Diego de Salvatierra, provinientes de Portugal. En el interior de la iglesia, ya de estilo barroco, destaca un retablo del XVIII.

Fachada de la catedral
Fachada de la catedral

Pero sin duda, lo más reconocible de Tuy es su espectacular catedral de Santa María, que domina la ciudad sobre lo alto de una colina. El lugar que ocupa hoy la catedral ya fue utilizado como templo desde época prerromana, y posteriormente hubo una basílica cristiana durante la época del reino suevo, entre los siglos V y VI.

La actual catedral comenzó a construirse hacia 1120, después de las invasiones normandas del siglo XI, y tiene planta de cruz latina y estilo románico, aunque las obras se finalizaron ya en estilo gótico: destaca del románico su portada norte en el exterior, así como el crucero del interior, que sigue el modelo de la catedral de Santiago de Compostela; por su parte, son góticas la portada occidental y las esculturas de la portada principal, con figuras que recogen varias escenas de la vida de la Virgen y de los Evangelistas, posiblemente realizadas por maestros franceses.

También en la catedral destaca su claustro, de la primera mitad del siglo XIII, y en una de sus esquinas la torre de Sotomayor, del XV, que le da al edificio un aspecto guerrero y defensivo único, de lo más curioso, y que recuerda un poco (únicamente por este carácter defensivo, ya que ambas catedrales tienen aspectos totalmente diferentes) a la de Sigüenza.

Parque O Penedo
Parque O penedo

Junto a la catedral se encuentra por un lado la capilla de la Misericordia, que data del siglo XVI y cuyo fin era dar sepultura a los pobres y auxiliar a los necesitados; y por otro la iglesia de San Telmo, construida en estilo barroco sobre la casa en la que este santo murió en el siglo XIII.

Si dejamos la catedral a nuestras espaldas y nos dirigimos hacia la parte baja de la ciudad, en dirección al río y tras atravesar la plaza de la Estrella, podremos hacer un recorrido de lo más agradable por el conocido como paseo fluvial, un espacio verde y con zonas de ocio en el que podremos tanto disfrutar del paisaje como pasear por la orilla del río y en paralelo a la muralla, o incluso hacernos una foto en el famoso banco de la ciudad; una de las paradas que podemos hacer es en el parque O Penedo, y si tenemos muchas ganas de andar, o tiempo de sobra, podemos llegar hasta el puente internacional, mandado construir por Isabel II en el siglo XIX, y que une Tuy con la localidad portuguesa de Valença do Minho.

La muralla son dos en realidad, una que se construyó en el siglo XII y otra más moderna, de entre los siglos XVII y XVIII. La construcción medieval se hizo elevada y con torres defensivas, especialmente en los puntos de la ciudad que carecían de protección natural; en la actualidad se conserva únicamente un tramo, que fue derruido para ampliar la ciudad. Muy cerca de este tramo de la muralla se encuentra el convento de las Clarisas, también conocido como convento de las Encerradas por las rejas que hay en sus ventanas y porque es un convento de clausura; el edificio se construyó entre los siglos XVII y XVIII sobre el antiguo palacio episcopal; y junto a él se encuentra el túnel de las Clarisas, un pasadizo bajo el convento que comunica el casco histórico y la parte alta de la ciudad.

Túnel de las Clarisas
Túnel de las Clarisas

Con la ampliación urbana hubo que ampliar también la propia muralla, en esta ocasión y como correspondía a la época moderna, con menos altura; de esta edificación queda también en pie solo un tramo, uno de ellos en los jardines de Troncoso, cuya forma es de lo más interesante porque se adapta a la de la muralla y tiene incluso un saliente, como si se tratara del antiguo baluarte. En los jardines podemos ver, entre otras cosas, árboles centenarios y todo tipo de plantas, una pérgola, una fuente y hasta pajareras.

A continuación de los jardines, si seguimos caminando paralelos a lo que queda de la muralla, acabaremos llegando al convento de Santo Domingo, y también a la alameda y a los jardines del mismo nombre, que rodean al monasterio y llegan hasta el río. El convento de la orden Dominica se comenzó a construir hacia 1330 y se terminó unos cincuenta años después, aunque fue ampliado en diferentes épocas y tiene elementos de varios estilos arquitectónicos. También fue utilizado como cuartel e incluso lo compró un particular, todo ello después de la desamortización. Por su parte, los jardines tienen varios estanques, un puente de madera, flores, árboles, un anfiteatro y un mirador.

Alrededores

Si después de haber recorrido el casco histórico te apetece algo más, o simplemente si dispones de más tiempo para recorrer la zona, hay unas cuantas posibilidades, entre ellas varias rutas de senderismo con distintos grados de dificultad, por lo que puedes elegir la que más te convenga, y también puedes aprovechar para pasar tiempo en la playa, aunque en el caso de Tuy se trata de playas fluviales.

  • Rutas: de los Molinos, de las Fortificaciones, de los Petroglifos, de la Arquitectura Indiana.
  • Playas: Páramos y Ribeira

En las afueras se encuentra además la iglesia de San Bartolomé, construida sobre restos romanos y suevos. Destacan sus pinturas murales, del siglo XVI, situadas en la capilla mayor, y como curiosidad el antiguo monasterio fue sede episcopal durante la Edad Media. También en las afueras podemos visitar el monte Aloia, que fue declarado Parque Natural en 1978 y con sus más de setecientas hectáreas tiene muchísimos rincones que ver, además de innumerables especies animales y vegetales, desde pinos a zorros o diferentes aves, y además un recinto amurallado de época romana y una ermita románica consagrada a San Juan. También en el parque hay un centro de interpretación de la naturaleza, con una exposición permanente sobre la zona, y unas vistas increíbles sobre el valle del Miño.

Como curiosidad, después de muchos siglos de guerras, batallas y una historia de lo más accidentada, las localidades de Tuy por un lado, y de Valença do Minho (esta ya en Portugal) por otro, llevaron a cabo en 2012 un proyecto de eurociudad para dar a conocer ambas poblaciones, que están separadas una de la otra por dos puentes, uno de ellos el internacional que mencionaba antes.

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